2.4.15

Hoy Jugamos a... La brisca


Bien empezamos, ayer daba comienzo la nueva sección de los miércoles.  Ayer, sí. Pero cuando no puede ser, no puede ser.  A partir de esta semana espero estar cada miércoles puntual con  esta nueva sección, donde voy a ir analizando numerosos juegos de mesa, compartiendo los aspectos que se trabajan con cada uno de ellos.  Quiero empezar la sección con este juego popular al que jugué mucho de niña con mi abuela (mi querida ma). Así que la entrada de hoy va dedicada con todo mi cariño para ella. Recuerdo que nos tirábamos toda la tarde jugando a las cartas, tanto a la brisca como a las siete y media (que veremos más tranquilamente en otra ocasión). Ha sido una abuela ejemplar en cuanto a la forma que ha tenido de jugar con sus nietos, al menos conmigo, y creo que esos juegos desarrollaron en mí habilidades que me son de mucha utilidad ahora. Así que MUCHAS GRACIAS MA (No creo que lo lea, pero ya se lo digo yo en persona). 

Un juego muy popular ¿También ahora?

Pese a ser un juego muy popular, poco a poco va siendo más desconocido para las nuevas generaciones. Las nuevas tecnologías van desbancando a todos los juegos de mesa. Lo frecuente ahora es ver a un grupo de niño en torno a una pantalla, no corriendo o jugando sentados alrededor de un juego de mesa, hablando y riendo. Las conversaciones de ahora son: ¡Tooooma! ¡Te han matado! ¡Me tocaaaa! ¡Nooooo! ¡Salta, salta! ¡Cuidado, mátalo! (Y omito toda una serie de tacos que también se escuchan, pero no hace falta reproducir aquí). También remarcar que los juegos a los que juegan en sus consolas o tablets tienen un alto contenido violento, pero eso da para otro post.
En fin, con el lugar que la brisca ha ocupado en las sobremesas españolas y ya apenas se ve a gente jugando... ¡con las cosas tan interesantes que se trabajan con ella!


¿Cuál es el fundamento del juego?

Se juega con la baraja española. Pueden jugar a partir de dos jugadores. Se reparten tres cartas a cada jugador y se deja el mazo de cartas boca abajo en medio de la mesa. Se le da la vuelta a la primera carta. Esa es la muestra o triunfo.
Gana la mano el que eche la carta más alta y se lleva las cartas, teniendo en cuenta que:
a) en caso de que todas las cartas sean del mismo palo, gana el que haya puesto la más alta. La carta de más valor sería el As, seguido del Tres, el Rey, el Caballo, la Sota, el siete, el seis, el cinco, el cuatro y el dos (en este orden, de mayor a menor valor).
b) en caso de que se echen cartas de diferente palo que no sean de la muestra o triunfo, gana el que haya puesto la carta más alta del palo del que haya echado la primera carta.
c) en caso de que alguien eche una carta de la muestra, gana el que haya echado el triunfo más alto, independientemente del valor de las cartas de otro palo que se hayan echado.
Finalmente gana el juego bien el que más cartas consiga (si se juega a número de cartas) o el que más puntos consiga (si se juega a puntos). La puntuación en el juego es la siguiente: el As vale 11 puntos, el Tres vale 10 puntos, el Rey vale 4 puntos, el Caballo vale 3 puntos y la Sota vale 2 puntos.
No obstante hay variantes de juego. Si quieres saber más pincha aquí.


Aspectos que se trabajan al jugar a la brisca

Además de los aspectos generales que comentamos en la publicación anterior (pincha aquí para verla) y que se trabajan con todos los juegos de mesa, en este juego en concreto trabajamos lo siguiente:
  1. Memoria: Si quieres hacer un mejor juego, tienes que memorizar las cartas que van saliendo durante la partida para poder hacer mejores jugadas.  Este aspecto suele costar y requiere práctica. Recordemos que la memoria es como un músculo: cuanto más se ejercita, más fuerte se hace. Y recordemos también que el tener buena memoria hará que recuerden mejor los contenidos escolares. 
  2. Atención: Hay que estar atento a las cartas que van saliendo, a las cartas que tienes y a lo que echa cada jugador para hacer una buena partida.
  3. Estrategia: Deben planear una estrategia. Con la práctica y el ensayo-error se va mejorando y se van obteniendo resultados. Mediante el juego, los niños aprenden que con la práctica se va afinando su estrategia y mejoran. Esto pasa con todo y este aprendizaje pueden extrapolarlo a otras facetas de la vida. 
  4. Concentración: Deben estar concentrados para no perderse ninguna jugada y poder memorizar. Si están distraídos, el juego no les sale bien. La concentración también se ejercita, como los músculos. Su cerebro va trabajando la concentración y cada vez cuesta menos conseguirlo. No es lo mismo pedirles que se concentren en un ejercicio escrito que en un juego, pero el juego es igualmente beneficioso para trabajar esta habilidad. 
  5. La motricidad: Se trabaja sobre todo al barajar. Hay muchas formas de hacerlo, desde la más sencilla hasta la más sofisticada propia de los magos de la tele. Me suelo encontrar con niños muy torpes con las manos que no saben barajar y se les caen las cartas al suelo. Parece una tontería, pero si sabemos que una motricidad bien desarrollada y trabajada repercute en los procesos lectoescritores, la cosa ya no parece tan tonta. Al repartir las cartas, tener que ir cogiendo una a una y darlas a cada jugador también trabajamos la motricidad. Por eso es bueno que se turnen los jugadores y todos tengan que repartir y barajar. Paciencia si al principio no le sale y hacerle ver que es cuestión de práctica y todo el mundo pasa por ahí, así que despacio. Pincha aquí para ver un video sobre cómo se baraja. 
  6. Cálculo: cuando jugamos a puntos, normalmente suelo dejar a los niños que sean ellos quienes hacen las cuentas, así trabajamos cálculo mental. Cuando no les sale porque los números van siendo grandes, lo hacemos en papel. Suelo indicarles que primero aparten todas las cartas puntuables y después multiplicamos los puntos por las cartas y vamos sumando (ellos suman y yo les voy corrigiendo en caso de que se equivoquen, sin decirles el número correcto, para que vuelvan a hacer la suma).  Cuando alguna vez hacemos sumas o multiplicaciones sin más en papel, ponen unas caras de desesperación tremendas, sin embargo, cuando las mismas cuentas las tienen que hacer para contar puntos en un juego, su cara expresa auténtica felicidad, aun trabajando los mismos aspectos que antes. Este es el resultado de aprender y estimular mediante el juego, que la frustración es mínima y la ilusión máxima. 

Hasta aquí el análisis del juego de hoy. Así que ya sabéis, estas vacaciones, ya tenéis un juego con el que entreteneros y estimular el cerebro de vuestros peques ¡y el vuestro! 

Un abrazo y buen jueves.
MªJosé Barquero

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