3.10.13

¿Cuándo hay que visitar a una madre y su recién nacido?

Siempre que hay un nacimiento en mi entorno me surge la misma duda: ¿cuándo debo ir a conocer al bebé? ¿nada más nacer, en el hospital? ¿Nada más llegar a casa? ¿A los días de llegar a casa?

Realmente es un tema cultural y cada persona prefiere una cosa y por eso da quebraderos de cabeza. Así pues, ¿qué es lo correcto? Si vas pronto, puede que la madre no esté preparada y tu visita no sea de su agrado, y si vas tarde puede parecer que no te importa ni ella ni el recién nacido… (cosa que no es así)
Aquí es tradición que cuando nace un bebé tooooodo el mundo va al hospital a conocerlo, y nada más venir a casa toooodo el mundo va a verlo. Es algo que todos hacemos sin pensar, porque “es lo que se hace” Pero digo yo… ¿Y en la pobre madre (y en el bebé) quién piensa? NADIE. ¿Acaso por ser tradición significa que es lo más beneficioso para la madre y para su bebé? Veamos…
En otros países, por ejemplo en Noruega, como me comentó mi amiga Marianne hace unos días, no se permite a la familia subir a la habitación del hospital, porque se respeta el silencio absoluto. La madre necesita tranquilidad. Si se reciben visitas debe hacerse en una sala habilitada para ello. Lo que yo diga, van 20 años adelantados a España.
Una pregunta que yo me hago es ¿realmente a cuántas madres les gustan las visitas en los primeros momentos (horas, días…) de dar a luz? ¿Nos paramos a pensarlo? Yo creo que prácticamente a ninguna. Y digo prácticamente por decir algo, por si hay una entre 10000 no pillarme los dedos… Pues no hay mujer con la que hables que no te exprese la ansiedad de los primeros días por las visitas.
Si analizamos las cosas, somos los únicos mamíferos que al dar a luz toda la familia acude. Creo que la naturaleza es sabia y si los demás mamíferos no lo hacen por algo será. Pero claro, para eso está el ser humano: para pensar y discurrir (eso sí se nos da bien…) y establecer un “rito”, una “tradición” de hacer visitas a las mamás que acaban de dar a luz.
Cuando un animal da a luz es normal escuchar “no te acerques, que puede aborrecer a la cría” “Déjala tranquila, que se estresa y necesita tranquilidad” ¿Acaso las hembras humanas no? ¿Tan diferentes nos consideramos? Pues está bien estudiado que si los niveles de las hormonas de estrés están por las nubes se secreta menos leche, la sensibilidad hacia el bebé decrece y puede incluso aparecer depresión. ¿Eso no se debe tener en cuenta? ¿Acaso no es importante?
Cuando una mujer da a luz debe estar tranquila, pendiente de su bebé y sin que la moleste nadie. Las reglas y los límites los debe marcar ella. Porque habrá mujeres que se estresen más y otras menos. Habrá algunas que se encuentren cómodas y felices con toda la habitación llena de familia y amigos felicitándola y pletóricos de alegría por el nacimiento del pequeño. Pero habrá otras que en esa misma situación (en principio maravillosa), no se encuentren a gusto, necesiten descansar, les incomode sacarse el pecho para dar de mamar al bebé, y no les apetezca estar escuchando hablar a todos, todas las recomendaciones, felicitaciones, historias….Simplemente necesitan intimidad.   Pero eso no quiere decir que sean peores personas ni que quieran menos a su familia. Simplemente no se encuentran en condiciones de atender bien a sus familiares y amigos. Seguro que en cuanto pasen unos días esa mamá a la que se le ha respetado su intimidad estará de nuevo en disposición de atender alegremente a todo el que quiera dar la enhorabuena y conocer al bebé.
La madre, al dar a luz, se encuentra agotada, con un bebé al que cuidar, y una nueva situación a la que adaptarse. Esto requiere tiempo, paciencia y TRANQUILIDAD.
Entonces, ¿Cómo actuar bien? ¿Cuál sería la solución? La comunicación. Sí, eso simplemente.
Si se estableciera una buena comunicación entre la madre/padre y la familia y amigos los padres tendrían la libertad de decidir cuándo quieren recibir a las visitas, sin que nadie se lo tome a mal.
Como cada parto es diferente, y cada persona también, la mejor manera de hacer lo correcto sería llamar a la mamá o al papá y preguntar qué es lo que quiere, sin compromisos. Ésta te debería de dar una respuesta sincera y hay que respetarla sin juzgar.
No hay formas de actuar mejores y peores, todo depende de la situación y de la persona, pero lo fundamental es el respeto. Eso que no se pierda nunca.
 ¿Qué piensas sobre esto? Me encantaría leer tu opinión.

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